Fisioterapia Goya Madrid

El masaje perineal es una técnica realizada habitualmente por la fisioterapeuta especialista en suelo pélvico que involucra un suave masaje y estiramiento de la región perineal. Esta región se encuentra entre el ano y la vagina en las mujeres o entre el ano y el escroto en los hombres. Aunque el masaje perineal suele estar asociado a etapas como el embarazo y el parto, puede ser beneficioso para personas con diversas necesidades de cuidado perineal. En este artículo, exploraremos qué sucede, cuándo y cómo hacer exactamente el masaje perineal. Además, os daremos directrices para poder hacer el masaje perineal en pareja.


Cuándo se realiza el masaje perineal


El masaje perineal se realiza con varios objetivos en mente, dependiendo de la situación particular:

Preparación para el Parto: durante el embarazo, el masaje perineal se utiliza como una preparación para el parto vaginal. El objetivo principal es aumentar la elasticidad y flexibilidad del tejido perineal para reducir el riesgo de desgarros o la necesidad de una episiotomía durante el parto. Se empieza a realizar sobre la semana 32-33 del embarazo y lo ideal es realizarlo todos los días de la semana durante 15 minutos al día. Con ello conseguiremos mejorar la elasticidad de la zona del periné.

masaje perineal 2 fisioterapia goya

Alivio de la tensión muscular y el dolor: en algunos casos, el masaje perineal se realiza para aliviar la tensión muscular y el dolor en la región perineal. Esto puede ser útil para personas que experimentan molestias crónicas en esta área, por ejemplo es habitual encontrar ciclistas que por culpa del sillín de la bicicleta presentan dolor en el periné.

Rehabilitación Postparto: después del parto, especialmente si ha habido un desgarro o una episiotomía, el masaje perineal puede ayudar en la recuperación y la cicatrización de la zona. El postparto es una etapa difícil, a veces olvidada por los médicos y en Fisioterapia Goya es una de nuestras especialidades.


Cómo se hace el masaje perineal


Lo ideal es que la primera vez que se realice el masaje perineal, se lo haga la fisioterapeuta especialista en Suelo pélvico. Si por cualquier motivo no quiere que se lo hagan y desea hacérselo usted misma o que lo realice su pareja, recomendamos encarecidamente que primero se lo enseñe su fisioterapeuta en consulta. Y ya después en casa con las directrices que le hayan dado será mucho más fácil que simplemente viendo un vídeo. Los pasos a seguir son los siguientes:

Antes de empezar:
– tener la vejiga vacía antes de realizarlo.
– lavar las manos minuciosamente y asegurarse de que las uñas estén cortas y limpias para evitar cualquier riesgo de infección.
– la posición será semisentada o semirecostada en la camilla, cama o en un asiento confortable.
– para el automasaje se recomienda el uso de un espejo para tener mejor situada nuestra anatomía vaginal.
– Recomendamos el uso de lubricante.
– En el caso de automasaje, se usarán los dedos pulgares. Si lo realiza la fisioterapeuta o su pareja, usará el dedo índice y corazón.

Cómo hacer el masaje perineal en 3 pasos:

1º- Introducimos los dedos pulgares unos 3cm en la vagina (en el caso de ser automasaje) y realizamos una ligera presión hacia abajo en dirección al ano. Si es nuestra pareja quién nos lo hace, usará sus dedos índice y corazón.

2º- Acto seguido, con los dedos en la posición anterior, realizamos con nuestros
dedos un movimiento de balanceo en forma de “U”, primero un lado la “U” y después el otro lado de la “U” y finalmente la “U” completa. En esta fase la presión es ligera y tenemos que notar bajos nuestros dedos que el tejido se va relajando. Este movimiento lo haremos durante 3 minutos de manera firme y continua. Se puede provocar adormecimiento en la zona.

3º- En el siguiente paso -los dedos siguen dentro- deslizamos los dedos desde el centro de la vagina hacia abajo y hacia los laterales, aumentando un poco más la presión para llegar a la musculatura profunda. También seguiremos la dinámica de: primero un lado de la “U”, luego el otro lado y finalmente la “U” completa. Este gesto también durará 3 minutos y es normal que la embarazada note una sensación de cierta quemazón o que un lado moleste más que el otro. Se puede insistir más en la zona que notemos más tensa para relajar esos tejidos.

ejercicios masaje perineal fisioterapia goya

Si necesitas más información acerca de fisioterapia de suelo pélvico, no dudes en contactarnos. Estamos en Madrid, en la calle Conde de Peñalver 35, 28006 Madrid.

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Núria Díaz - Fisioterapia Goya

Autor del artículo:
Nuria Díaz Puente
Fisioterapeuta especializada en Terapias Manuales, Suelo Pélvico, Embarazo-Postparto y Método PilatesLinkedin

Los músculos son estructuras increíbles y versátiles del cuerpo humano. Son responsables de prácticamente todos los movimientos y acciones que realizamos en nuestra vida diaria. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo funcionan los músculos o para qué sirve cada tipo de contracción muscular? En este artículo exploramos las distintas formas en la que los músculos se contraen y su importancia en nuestra vida cotidiana.


1. Contracción concéntrica: la fuerza en acción


Cuando realizas una contracción concéntrica, el músculo se acorta mientras genera fuerza. Imagina un levantamiento de pesas: cuando flexionas el codo para levantar un peso, tu bíceps se contrae concéntricamente.

Esta contracción es esencial para actividades como caminar, correr, levantar un tercio de cerveza y llevártelo a la boca…

Contracción Concéntrica

2. Contracción isométrica: la estabilidad silenciosa


La contracción isométrica ocurre cuando el músculo se tensa sin cambiar su longitud. Piensa en mantener una posición de planchas abdominales o en sujetar la puerta abierta con el pie mientras pasa otra persona. En estas situaciones, los músculos están generando fuerza pero no se mueven.

La contracción isométrica es esencial para mantener el equilibrio y para proteger a las articulaciones cuando se lesionan, por ejemplo los isométricos de cuádriceps cuando te operan una rodilla.

Contracción Isométrica

3. Contracción excéntrica: el control del movimiento descendente


Las contracciones excéntricas implican que el músculo se alargue mientras está bajo tensión. Por ejemplo, cuando bajas lentamente una pesa después de un levantamiento, estás realizando una contracción excéntrica.

Esta forma de contracción es crucial para el control del movimiento, la estabilización y la prevención de lesiones. También es común en actividades como descender escaleras o correr cuesta abajo.


4. Contracción auxotónica: variabilidad en la acción


La contracción auxotónica es una combinación de las anteriores, donde un músculo se acorta o se alarga mientras genera fuerza.

Esto permite una mayor variabilidad en la acción muscular y la vamos a encontrar en movimientos tales como vencer la resistencia progresiva e in crescendo de unas gomas elásticas, donde los músculos pueden acortarse y alargarse en diferentes fases del ejercicio.

Contracción auxotónica fisioterapia goya

5. Contracción isocinética: manteniendo la velocidad constante


Implican que un músculo se contraiga de forma máxima (concéntrica o excéntrica) a una velocidad constante. Estas son comunes en máquinas de ejercicio especializadas que permiten que los músculos trabajen a una velocidad constante. Son útiles para la rehabilitación y el entrenamiento específico de fuerza y velocidad.

En resumen, cada tipo de contracción muscular tiene un propósito y un papel específico. Entender cómo funciona cada contracción puede ayudarte a mejorar tu rendimiento. Ya sea haciendo crossfit, caminando por la calle o simplemente disfrutando de beber una cerveza bien fría, tus músculos están en constante acción para adaptarse a las demandas de tu rutina diaria.

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Andrés Sánchez - Fisioterapia Goya

Autor del artículo:
ANDRÉS SÁNCHEZ DÁVILA
Fisioterapeuta, Osteópata y Director de Fisioterapia Goya.– Linkedin

A la piel se le considera el órgano más grande del cuerpo y es la encargada de protegernos de las agresiones del mundo exterior, pero en ocasiones se ve sometida a cambios en su apariencia, por ejemplo tras una cirugía. El tratamiento de las cicatrices está dentro de las situaciones que nuestro equipo de fisioterapeutas aborda en el día a día, habitualmente tras intervenciones quirúrgicas traumatológicas: prótesis de rodilla, plastias de ligamentos y hernias discales son las que vemos de forma más habitual. O tras operaciones de cirugía estética: liposucción, abdominoplastias y blefaroplastias las más frecuentes. Y por supuesto, tras las cesáreas.

La piel, por lo tanto, como todos los tejidos blandos del cuerpo pasa por una serie de fases durante su reparación:

  • Fase inflamatoria: al inicio actúan enzimas y células, como las plaquetas y los macrófagos, que intentan limpiar y rellenar de células sanas la zona dañada, formando la costra superficial. Dura desde que se produce la herida hasta el 4º día.
  • Fase proliferativa: Se produce la formación de nuevos vasos (angiogénesis) y acúmulo de colágeno y tejido fibroso para la regeneración del tejido. Esta fase dura aproximadamente desde el 5º al 20º día. .
  • Fase de remodelación: en ella el colágeno se reabsorbe. Esta fase es de las más importantes, pues si no se trabaja la cicatriz de forma ordenada se podría concentrar una cantidad excesiva de colágeno, dando lugar a una cicatriz fea y engrosada llamada queloide. La duración de esta fase va desde el día 20º hasta un año después, e incluso más tiempo en los casos más delicados.

Factores que influyen en la cicatrización:


Una pregunta habitual de nuestros pacientes es ¿de qué depende que vaya más rápida la recuperación?.Y la respuesta es que depende de cómo sea y dónde esté situada la cicatriz: 

  • Tamaño y profundidad: si la cicatriz es muy extensa o muy profunda tardara más en cicatrizar y será más probable que se formen adherencias. Por ejemplo: una cicatriz de cesárea o episiotomía.
  • Localización de la cicatriz: tarda menos en curar si la zona en la que se ha producido la cicatriz tiene un buen aporte sanguíneo.
  • Tipo de herida: no es lo mismo un corte recto y preciso de una cirugía que una herida con desgarro por un cristal. 

Las cicatrices siempre tienen un componente estético, pero también funcional. Es decir, si se crean adherencias en las capas de tejido durante el periodo de cicatrización, esta falta de movilidad puede repercutir en el resto del cuerpo.


¿Cómo mejoramos los fisioterapeutas el proceso de cicatrización?


Podemos empezar a tratar cualquier cicatriz desde la retirada o absorción de los puntos o en cualquiera de las demás etapas de cicatrización, pero lo ideal es comenzar a tratarla desde el principio. Nuestro objetivo desde el primer día será:

  • Mejorar el aporte sanguíneo.
  • Disminuir el edema si lo hubiera.
  • Disminuir el dolor de la cicatriz y zonas anexas. 
  • Mejorar la movilidad y dar elasticidad para que el tejido cure de la forma más “ordenada” posible y evitar con ello las adherencias y compensaciones en otras regiones del cuerpo.
  • Con todo esto, evitar que se produzca el queloide. 

No es habitual usar todas las técnicas que vamos a enumerar, ya que no tiene nada que ver mejorar una cicatriz provocada por la cirugía de una prótesis de rodilla,  que la que se produce por una blefaroplastia, en la que tendremos que ser mucho más finos al tratarse del párpado ocular. Las posibles técnicas que empleará nuestro equipo serán las siguientes:

  • Técnicas de liberación miofascial para evitar adherencias de todo el tejido conectivo cercano a la lesión u operación.
  • Drenaje linfático de la zona operada.  
  • Masaje transverso en toda la zona de la cicatriz para mejorar la circulación. 
  • Punción seca, si fuera necesaria. 
  • Diatermia/ radiofrecuencia para provocar la síntesis de colágeno, en algunos casos la situación lo requiere. 
  • Kinesiotaping para mejorar el drenaje de las zonas cercanas a la cicatriz. 
  • Ejercicio terapéutico para la musculatura implicada.

Si necesitas más información acerca de tus Cicatrices, no dudes en contactarnos. Estamos en Madrid, en la calle Conde de Peñalver 35, 28006 Madrid.

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Mónica Modeano Lopes - Fisio Madrid

Autor del artículo:
MÓNICA MODEANO
Fisioterapeuta y Experta en Terapia Manual

Cuando nace el primer hijo, los padres primerizos en general sienten mucho miedo porque piensan que no van a estar a la altura de la situación.

A nuestra clínica llegan madres y padres con bebés recién nacidos (menos de un mes) súper asustados -los padres- porque el bebé no deja de llorar. Lo primero que hacemos es calmarlos a ellos, porque el niño suele estar bien.

Los bebés al nacer lloran habitualmente porque buscan estar con su madre todo el rato y embriagarse de su olor. Es lo único que les calma, no quieren separarse de ella. No entienden de horarios, no distinguen día y noche, lo que a veces provoca un horario cambiado de sueño. A la vez los padres se frustran también porque no distinguen si el llanto de su bebé es por dolor, hambre o sueño…

Guía del desarrollo de tu bebé

Entonces ¿Qué debo tener en cuenta?


En esta lista os vamos a indicar cuáles son los logros a nivel de desarrollo motor durante el primer año de un niño, para identificar si vuestro hijo se corresponde con la edad madurativa que tiene. Que nadie se agobie, esto no siempre sucede de forma exacta, pero nos vale de guía:

1ºMES: Reflejo de prensión, el bebé es capaz de fijar la mirada unos segundos ante colores como blanco, negro o rojo. Suele dormir entre 16-20 horas al día.

2ºMES: Comienza a emitir sus primeros sonidos, puede llegar a mantener la cabeza erguida por un tiempo. Es capaz de seguirte con la mirada. En esta etapa pueden empezar con los cólicos.

3ºMES: Boca abajo es capaz de apoyarse sobre los codos. Balbucea y sonríe. Reconoce la voz de su entorno cercano. Puede llegar a sujetar un objeto con la mano que se le ofrece lateralmente.

4ºMES: Se reconoce en el espejo. Controla su cabeza en posición erecta. Tiene más fuerza en brazos y piernas. Boca abajo es capaz de apoyarse sobre las manos. Boca arriba es capaz de flexionar el cuello para verse los pies. Empiezan los volteos desde boca arriba a boca abajo.

5ºMES: Coge cosas y se las lleva a la boca para experimentar. Sonríe de manera más consciente para llamar la atención. Boca abajo es capaz de levantar el tronco. Cambia objetos de una mano a otra.

6ºMES: Comienza a sentarse con ayudas y se apoya sobre las manos cuando está boca abajo, mejora la manipulación de objetos y la vista.

7ºMES: Este mes es el inicio de la cuadrupedia, la reptación y arrastre. Se interesa por llevarse los pies a la boca.

8º MES: Se sientan como una sirenita para descansar porque comienza el gateo inmaduro y comienzan volteando de boca abajo a boca arriba.

9º MES: Sedestación libre y gateo maduro, se ve un gran cambio en esta etapa y comienzan a interesarse por coger cosas pequeñas.

10º MES: Perfeccionan el gateo, comienza la posición de caballero para ponerse de pie. Y a nivel del habla empiezan con las ecolalias (pa-pa-pa, ma-ma-ma…)

11º MES: Desde su posición de pie más estables hacen una marcha lateral y la marcha del oso, en la que caminan apoyando manos y pies.

12º MES: Inicio de la marcha.

Como hemos dicho al principio, que nadie se agobie. Y para ello, un dato curioso: los directores de nuestra clínica tienen 5 hijos, que comenzaron a andar en los meses: 14º, 16º, 18º, 12º y 13º. Todos son muy hábiles actualmente y algunos de ellos son los mejores de su clase en los deportes que practican.

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Núria Díaz - Fisioterapia Goya

Autor del artículo:
Nuria Díaz Puente
Fisioterapeuta especializada en Terapias Manuales, Suelo Pélvico, Embarazo-Postparto y Método Pilates – Linkedin

A nuestra clínica acuden muchas mujeres con disfunciones y sintomatología que afecta a su suelo pélvico. Un nexo común entre todas es que no saben exactamente a qué vienen ni lo que esperan de una primera sesión. ¿Me va a doler? ¿Se hacen técnicas internas en la vagina? ¿Me dará vergüenza?… Este tipo de dudas son las que queremos ayudarte a resolver en este post.


¿Cómo es la primera sesión?


Principalmente la primera sesión es una toma de contacto importante entre fisioterapeuta y paciente. Lo primero que hacemos es una historia clínica de la paciente en la que nos cuenta cómo son sus menstruaciones o su menopausia, sus embarazos/partos, sus síntomas, antecedentes y también sus miedos e inquietudes. Aquí comenzamos nuestra labor informativa en la que intentamos que entendáis cómo es la anatomía y por qué pueden producirse esos síntomas.

A continuación, valoramos la postura de la paciente y evaluamos la elasticidad y el tono que tienen los tejidos relacionados con nuestro suelo pélvico en zonas como pelvis, diafragma, abdomen y columna. Además hacemos algunas pruebas de movilidad para hacernos una idea general del caso que tenemos entre manos.

Después hacemos la valoración específica del suelo pélvico. Una primera inspección visual de la zona genital en general y evaluamos si hay alguna alteración a simple vista tales como el descenso de las paredes vaginales debido a un prolapso visceral (ligero/moderado/grave descenso de una víscera) y las características generales del tejido.

Valoramos la sensibilidad, reflejos, puntos dolorosos, cicatrices y por supuesto el tono, fuerza y resistencia que presenta esta musculatura. En esta parte hacemos una palpación vaginal para recoger estos datos. Siempre pendientes de que estéis confortables, adaptándonos en todo momento a vosotras para que sea una experiencia agradable y no suponga estrés alguno.

Finalmente os explicamos cómo hacer una correcta contracción de la musculatura, activar el suelo pélvico sin empujar y realizamos ejercicios de reeducación con respecto a la tos y los esfuerzos.

Como es lógico, la parte del tratamiento que más nerviosas os tiene es la de las técnicas internas, pero después del rato que llevamos explicando, hablando y cogiendo confianza, esto termina siendo un mero trámite. Nuestra intención es que estéis cómodas, que en ningún momento tengáis ganas de levantaros de la camilla y salir corriendo, que hablemos en total confianza de cualquier cosa que os preocupe o inquiete. Y eso es lo que habitualmente comentan nuestras pacientes: “hacéis fácil hablar de estas cosas con vosotras”, “gracias por hacer tan cómoda la sesión”. 

Es importante haceros entender que en la hora de sesión que pasáis con nosotras no hay temas tabú ni dudas absurdas… la información es poder y cuánto más sepamos y entendamos, mejor será la calidad de vida de nuestro suelo pélvico y por lo tanto de nuestra vida en general.

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Núria Díaz - Fisioterapia Goya

Autor del artículo:
Nuria Díaz Puente
Fisioterapeuta especializada en Suelo Pélvico y  Embarazo Postparto 

El dolor en la mandíbula es una queja común que afecta a muchas personas en todo el mundo. Esta incomodidad puede ser aguda o crónica y en este artículo vamos a explorar sus causas más frecuentes y a proporcionaros consejos para aliviarlo. 


Causas comunes del dolor de mandíbula


1. Bruxismo: El bruxismo es el acto de apretar o rechinar los dientes, a menudo de forma inconsciente durante el día o -más comúnmente- mientras dormimos. Esto puede causar dolor en los músculos de la cara y mandíbula. Y también en muchos casos, desgaste de los dientes.

2. Trastornos temporomandibulares: abarcan una serie de problemas relacionados con la articulación temporomandibular(ATM) y los músculos que la rodean. Los síntomas incluyen: dolor en la mandíbula, chasquidos al abrir o cerrar la boca, dificultad para masticar, dificultad para abrir y cerrar la boca, luxaciones de mandíbula (que se te desencaje la mandíbula).

3. Infecciones: estas suelen aparecer en los dientes o las encías, como la caries dental o la periodontitis. Pueden causar dolor en la mandíbula y también cercanas al oído, por ejemplo en las infecciones o inflamaciones producidas por las temidas “muelas del juicio”. Toda esa inflamación resultante puede extenderse a la musculatura de alrededor provocando dolor mandibular difuso e intenso.

4. Golpes en la cara: como es lógico, un traumatismo cercano en la mandíbula puede provocar un desajuste en la articulación. Esto incluye fracturas mandibulares, pero lo más lógico es que un golpe nos produzca un problema para abrir o cerrar la boca de forma normal a los pocos días de haberlo recibido.

5. Estrés: El estrés y la ansiedad, ya sean por un tema emocional o por una intensa carga de trabajo, pueden provocar que tensemos de forma continua los músculos de la mandíbula, lo que acaba causando problemas tales como dolor cervical, cefaleas o migrañas. Esto a menudo se conoce como «trituración de estrés».


Consejos para aliviar el dolor de tu mandíbula


1. Consulta a un Profesional de la Salud: Si experimentas dolor de mandíbula persistente, es importante consultar a un dentista, a un maxilofacial o a un fisioterapeuta especialista en trastornos temporomandibulares. Dependiendo de la gravedad del problema, se te derivará al especialista conveniente. Un diagnóstico adecuado es fundamental para determinar la causa subyacente.

Férula de descarga personalizada

2. Usa una férula de descarga personalizada: si se determina que el bruxismo es la causa, tu dentista podría recomendarte el uso de una férula dental para proteger tus dientes durante la noche. Además te tocará visitarnos también, ya que el fisioterapeuta tendrá que mejorar el estado de tu musculatura relacionada con la ATM. También será necesario identificar si hay situaciones de estrés para tu boca que hay que modificar en tu rutina diaria.

3. Fisioterapia especializada en trastornos craneomandibulares: la fisioterapia y los ejercicios específicos van a mejorar la movilidad de las articulaciones de la mandíbula, mejorando así el dolor de la zona. No nos cansamos de avisar que la mandíbula –en concreto la articulación temporomandibular- es un “captor postural” y por lo tanto puede alterar la postura de todo el cuerpo si no funciona de forma correcta. Además, os recordamos que una mandíbula en continua tensión va a generar casi siempre dolor de cabeza y dolores del cuello. Cabe destacar que el famoso músculo esternocleidomastoideo tiene anclaje muy cerca de la ATM.

Fisioterapia especializada en trastornos craneomandibulares

4. Aplicación de hielo: Si la causa es una lesión o una inflamación por un impacto, debes aplicar hielo envuelto en un paño sobre la zona de la mandíbula. Esto ayudará a reducir la hinchazón y aliviar el dolor.

5. Medicamentos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Esto suele ser parte del tratamiento aplicado por el dentista y el maxilofacial.

 

En resumen, el dolor de mandíbula puede tener diversas causas, desde el bruxismo y traumatismos hasta lesiones temporomandibulares. La clave para aliviarlo consiste en identificar la causa principal y seguir el tratamiento adecuado recomendado por un profesional de la salud dental. Además, adoptar hábitos de vida saludables y reducir el estrés contribuirá seguro a prevenir futuros episodios de dolor de mandíbula.

Si necesitas más información acerca de tratamientos de fisioterapia para el dolor de mandíbula, no dudes en contactarnos. Estamos en Madrid, en la calle Conde de Peñalver 35, 28006 Madrid.

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Andrés Sánchez - Fisioterapia Goya

Autor del artículo:
Andrés Sánchez Dávila
Fisioterapeuta/Osteópata y Director de Fisioterapia Goya – Linkedin

El Suelo Pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que funcionan como la tapadera que cierra y sujeta los órganos pélvicos en la parte más baja del tronco. Por este motivo, si aumenta las presión entre tórax y abdomen, aumentará también la presión en el suelo pélvico, sobrecargándolo y haciéndolo incompetente.

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